A pesar de que todas las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad, 2,200 millones de personas viven sin acceso al agua potable.
Esta celebración tiene por objetivo concientizar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de adoptar medidas para abordarla de manera de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.
Cada año la ONU-Agua determina un tema distinto. En 2021, el tema es “Valoremos el agua”.
Historia del Día Mundial del Agua
La idea de celebrar este día internacional se remonta a 1992, año en el que tuvo lugar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de Río de Janeiro y en la que emanó la propuesta. Ese mismo año, la Asamblea General adoptó la resolución por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial del Agua, siendo 1993 el primer año de su celebración.
A esta celebración del Día se añadirían posteriormente eventos anuales específicos en torno al agua (por ejemplo, el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua 2013) e incluso decenios de acción (como es el caso del actual Decenio "Agua para el Desarrollo Sostenible", 2018-2028). Todo ello no hace sino reafirmar que las medidas hídricas y de saneamiento son clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
El tema del Día Mundial del Agua 2021 es “Valoremos el agua”.
A raíz del desarrollo económico y del incremento de la población mundial, la agricultura y la industria necesitan cada vez más agua, y para satisfacer la demanda de electricidad, aumenta la utilización de fuentes de energía que hacen uso de grandes volúmenes de agua. El cambio climático, por su parte, hace que los patrones de disponibilidad de agua sean más irregulares y agudiza la contaminación.
Las sociedades tratan de conciliar las distintas exigencias en materia de recursos hídricos, pero en ese proceso no se tienen en cuenta los intereses de muchas personas.
La forma en que valoremos el agua determinará la forma en que se gestione y se reparta. El agua vale mucho más que el precio que pagamos por ella: el agua tiene un valor incalculable y sumamente complejo para nuestros hogares, nuestra cultura, nuestra salud, nuestra educación y nuestra economía, así como también para la integridad de nuestro entorno natural.
Si descuidamos cualquiera de esos valores, corremos el riesgo de gestionar de forma deficiente este recurso finito e irremplazable.
La finalidad del ODS 6 es garantizar la disponibilidad de agua y el saneamiento para todos. Si no comprendemos a fondo el valor real y multidimensional del agua, no podremos preservar este recurso crítico en beneficio de todos.
Fuente: https://www.argentina.gob.ar/noticias/dia-mundial-del-agua-2
El científico japonés Masaru Emoto llevó a cabo un experimento (1) que como mínimo es curioso y que provoca reflexión. Emoto estudió el impacto y la forma en la que reaccionaban las gotas de agua en relación a las emociones humanas externas.
Su experimento consistió en asociar a determinadas gotas de agua una palabra que podría ser positiva (amor, cariño, gracias…) o negativa (te odio, déjame, me molestas, mentira…).
Después de aplicar estas palabras a las gotas de agua observaba en un microscopio cómo evolucionaban los cristales de agua y curiosamente los del agua tratada con palabras positivas mostraban figuras preciosas como diamantes, copos de nieve y perfectamente delimitados mientras que las gotas de agua sometidas a palabras de efectos negativos tenían cristales de formas menos definidas que incluso mostraban caos.
En Internet es fácil encontrar las figuras de estos experimentos y las imágenes son realmente espectaculares. Como estas.
Esta experiencia puede llevarnos a pensar en el impacto que nuestras palabras provocan en el receptor cuando las emitimos.
Si tenemos en cuenta que nuestro cuerpo tiene más del 60% de agua y que nuestro cerebro tiene más del 70% de materia acuosa, ¿qué puede pasar en el cerebro cuando insultamos a alguien o la sometemos a presión? por el contrario, qué efecto se produce en cada molécula de agua que tenemos en nuestro organismo cuando le decimos a alguien palabras como “te quiero”, “te aprecio”, “me gusta lo que has hecho”…
¿Cómo crees que se colocan las moléculas de agua en tu interior cuando recibes una ofensa?
¿Cómo crees que se alinean las moléculas de agua de una persona a la que halagas su forma de actuar y das las gracias?
Algo de química hay en todo esto que se mezcla con la parte emocional ¿o quizá es la emoción la que nos modifica la química?
En todo caso, una palabra amable siembra mucho más que una ofensa, ademas la forma de los cristales de agua son más bonitos y aunque solo fuera por esto vale la pena hablar de forma positiva.
Es evidente que la forma que tenemos de comunicarnos con los demás, influye mucho en la forma de trato que nos devuelve.
(1) The Hidden Messages of Water, 2005.
Este artículo ha sido publicado en la web del autor, www.sebygarcia.es, bajo el título El impacto de las palabras en nuestro cuerpo.
Una forma positiva de comunicarnos es el lenguaje asertivo. La asertividad es la habilidad para expresar nuestros deseosde una manera amable, franca, abierta, directa y adecuada,logrando decir lo que queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento.
También hay artistas que se expresan usando el agua como fuente de inspiración.
Hidroactividad, del artista Gyula Kosice.
Lirios de agua, de Claude Monet.
La noche estrellada sobre el Ródano, de Vincent Van Gogh.
Actividad:
1) Hacé una lista de 5 acciones concretas para mejorar el uso del agua en tu casa o para reducir su contaminación.
2) Hacé una lista con las 5 palabras más positivas que escuchas cotidianamente y otra lista con las 5 palabras más negativas. Luego tratá de reemplazar las palabras negativas con otras que expresen los mismos deseos, pero asertivamente.
3) Hacé un mandala o un dibujo inspirándote en algún aspecto del agua.
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